Retail

Familia Bofill se expande en el rubro gastronómico y compra Emporio La Rosa

Trascendió que el grupo -que participa con los cafés Bonafide- hizo la mejor oferta, aunque hubo otros interesados.

Por: J. Troncoso y F. Brion | Publicado: Miércoles 14 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Lo que partió como un almacén de barrio en 2001, promete cerrar 2016 como uno de los negocios más importantes del año en el glamoroso rubro gastronómico. Esto, porque Emporio La Rosa acaba de ser vendido a la familia Bofill.

El acuerdo entre los hermanos Teresa y Francisco Undurraga y Cantabria, ligada a Principado Asturias, el family office de Gonzalo Bofill, se cerró el lunes e implica el 100% de la cadena que hoy tiene 22 locales en Santiago, Valparaíso y Concepción, ocho de los cuales son franquicias.

Así, la familia Bofill -que también controla Carozzi- se expandirá en el negocio gastronómico, donde ya participa con el café Bonafide en Chile, el que está presente desde 2006 y cuenta con 16 locales en Santiago, La Serena y Concepción.

Los nuevos controladores de la cadena que nació en pleno barrio del Parque Forestal incluso ya designaron nuevo gerente general, cargo que desempeñará Juan Ignacio Cerda.

“Emporio La Rosa es una marca emblemática y muy querida en el mercado chileno, que en los últimos 15 años ha alcanzado una posición de liderazgo por su oferta innovadora y la calidad de sus productos. Estamos muy entusiasmados con este proyecto y nuestro compromiso es continuar desarrollándolo y potenciarlo a futuro”, dijo Cerda.

Según la última entrevista concedida a revista Capital por la fundadora de la cadena, Teresa Undurraga, la firma vende del orden de US$ 15 millones anuales.

En la industria comentan que los Bofill no fueron los únicos interesados, pero sí presentaron la mejor oferta. Calculan extraoficialmente que la operación rondaría los

US$ 11 millones, sin considerar el descuento que pueda realizarse por la deuda. Esto dado que se estima en un precio de siete veces el Ebitda, más un premio.

En la industria comentan que el desafío de los Bofill será escalar este modelo de negocios, ya que no es tan masivo como una cadena de pizzas u otros estilos de comida, además de superar la barrera nacional, que de hecho era uno de los objetivos en los que estaban avanzando los Undurraga, con miras a Perú (ver relacionada).

Reinvirtieron ganancias

En 2016, Emporio La Rosa cumplió 15 años desde que comenzara a funcionar en la emblemática esquina de Merced con Monjita, en pleno centro de Santiago.

En la compañía trabajan del orden de 450 personas y según relató Undurraga hace unos meses, su idea nació para tratar de revindicar la idea del almacén de barrio, que según su visión se había transformado con el crecimiento de los supermercados, bajando la calidad de los productos -para competir por precio- y perdiendo cercanía con los clientes. Además estaban comenzando a tomar fuerza los productos más selectivos, como pastas italianas.

Pero el principio no fue fácil, ya que el concepto de mercado de la esquina no funcionó, pero tras cinco años de funcionamiento incorporó a su hermano al negocio, el que le dio giro al negocio, incorporando más platos de comida. Luego, a mediados de 2006, vinieron los helados, que hoy es uno de los puntos fuertes de su oferta de productos.

En Capital, Undurraga comentó que el crecimiento del negocio fue en base a endeudamiento bancario, “así que hemos ido avanzando súper conscientes de que hay que pagar la cuota a fin de mes”. De este modo, fueron reinvirtiendo todas las ganancias.

 

Perú, el destino que miraban los Undurraga

 

La señora que aparece en el logo del Emporio de La Rosa, en realidad se llamaba Elena, y era la abuela de Teresa y Francisco Undurraga, los hermanos dueños de la hoy cadena de restaurantes y heladerías, empresa que además evolucionó hasta productos que se venden en supermercados, como helados y guisos caseros.


Según comentó Teresa Undurraga a revista Capital en agosto, la próxima meta de la cadena era explorar un mercado internacional. El foco se puso en Perú. De hecho, fue Francisco Undurraga quien en esos meses había realizado las primeras conversaciones para exportar la marca. "Ahí seguramente tendremos fórmulas mixtas de trabajo, con socios locales allá. Y además, obviamente que también llegaremos con productos retail a ese país. Estamos en eso, viajando y conversando", comentó la creadora de la cadena a la revista.


Estos planes estaban avanzados, incluso con posibles ubicaciones, por lo que es posible que tras el cambio de control se mantengan.


Según el reportaje, aunque tuvo un inicio difícil en 2001, luego de la llegada de su hermano Francisco a la sociedad, el negocio comenzó a crecer: transformó lo que era un negocio "encantador", en uno rentable. El primer paso en este crecimiento fue en 2006 cuando Parque Arauco se les aceró para que se instalaran en el centro comercial. Aunque le dieron una vuelta al principio, tras eso comenzó la multiplicación de sus locales.

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